martes, 1 de septiembre de 2015

Mes de la Biblia



Septiembre ha sido designado “Mes de la Biblia”. El propósito de esta designación encierra dos objetivos básicos: De un lado, resaltar las múltiples bondades que encierran las páginas de este libro sagrado, que contiene la Palabra de Dios. De otra parte, estimular la lectura y el estudio concienzudo de este libro maravilloso, capaz de satisfacer las mayores exigencias en cualquier tema imaginable y cuyo contenido ha sido capaz de transformar, increíblemente, incontables vidas.

La Biblia se compone de una compilación de 66 libros escritos a lo largo de más de 1000 años, por autores diversos, de diferentes ocupaciones, y en diferentes idiomas, a pesar de lo cual se conserva, a lo largo de sus páginas, la unidad de criterio y de ideas. Ni una sola arista desarmoniza el conjunto.

Se le divide en dos grandes partes: El Antiguo y el Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento se compone de  39 libros, y contiene la Palabra de Dios revelada a sus Profetas. El Nuevo Testamento está compuesto por 27 libros, en los que mayormente se recoge la historia de la vida, nacimiento, acciones, ideas, mensajes, muerte, resurrección y ascensión al cielo de Jesucristo, así como la historia y expansión del cristianismo.

La Biblia fue escrita utilizando todos los géneros literarios existentes y enfocando temas de todas las disciplinas humanas conocidas. En ella se revelaron desde antaño verdades que solo siglos después fueron reconocidas y aceptadas como verdades científicas irrefutables, como es el hecho de que la tierra es redonda y se asienta sobre la nada.

Los amantes de la Historia encuentran en ella narraciones que describen la creación del universo, el surgimiento del pueblo hebreo, la esclavitud de los israelitas en Egipto, su peregrinación por el desierto, los diferentes reinados de Israel, el nacimiento de Jesús y su accionar durante sus 33 años de vida.

Los amantes de la poesía pueden deleitarse con las poesías insuperables de Cantar de los cantares y Salmos. Los amantes de la ciencia encuentran en sus páginas descripciones sencillas de fenómenos indescriptibles y ejemplos insuperables de medidas sanitarias que evitaron que durante el peregrinar durante 40 años del pueblo de Israel en el desierto se desataran epidemias. Estas medidas, todavía en la actualidad son consideradas como modelo  a seguir.

Los admiradores de la literatura pueden deleitarse con la lectura de narraciones, crónicas, poesía, novela. Los estudiosos de la conducta humana tienen en los libros de Proverbios y Eclesiastés la descripción más sencilla y práctica de la conducta y acciones del hombre.

Los apasionados de la política encuentran un material muy basto en los libros de 1ra y 2da de Samuel, 1ra y 2da de Crónicas, 1ra y 2da de Reyes, Esther y otros muchos libros, en donde se analiza el proceder de los gobernantes, la influencia de los buenos y malos consejeros y los resultados de sus acciones con el tiempo.

Los estudiosos de las profecías tienen en los libros de Daniel y Apocalipsis la narración predictiva de todos los acontecimientos trascendentes de la historia, desde la creación del universo hasta el fin del mundo.

Pero más importante que todo lo anterior, es la capacidad de las sagradas páginas de la Biblia de transformar la conducta. Hombres sanguinarios como Dimas, el buen ladrón, impulsivos como Pedro y Pablo, fueron capaces de tornarse en compasivos y mansos por la influencia de la Palabra de Dios. Científicos incrédulos, antes de morir reconocieron que la ciencia con todos sus avances no ha sido capaz de crear ni el ala de una mosca y aceptaron humildes la grandeza de Dios, el gran Creador.

Apoyemos durante el mes de septiembre y siempre el estudio de la Biblia. Con su lectura encontramos sabiduría y paz interior.

0 comentarios:

Publicar un comentario